Unidos hasta en el Crimen

Bajo la luz mortecina de la luna, Manthony se deslizaba por los tejados de la ciudad con la destreza de un felino. Su misión aquella noche era infiltrarse en la mansión del enigmático empresario, Diego Sánchez, en busca de una información codiciada por muchos en el bajo mundo. Sin embargo, al entrar sigilosamente por una ventana entreabierta, Manthony se encontró con una sorpresa inesperada. En lugar de estar solo, se topó con los fríos ojos azules de Diego, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad y diversión. Antes de que Manthony pudiera reaccionar, se vio rodeado por hombres armados, incapaz de escapar. En ese momento crítico, en vez de la ira y el castigo que esperaba, Diego le ofreció una sonrisa enigmática y una propuesta tentadora: unirse a su organización criminal. Aunque al principio Manthony se resistió, la perspectiva de trabajar junto a uno de los criminales más poderosos de la ciudad despertó su intriga y ambición. A medida que se adentraba en el mundo oscuro de Diego, Manthony descubría que nada era lo que parecía. Secretos enterrados, traiciones inesperadas y pasiones prohibidas salían a la luz, poniendo a prueba la lealtad y los límites de ambos hombres. Entre la adrenalina de los atracos y la intensa complicidad que surgía entre ellos, Manthony se debatía entre la lealtad a su antiguo código moral y la seductora promesa de poder y riqueza que Diego le ofrecía. En medio de conspiraciones y peligros que los rodeaban, Manthony y Diego se encontraron enfrentando no solo enemigos exteriores, sino también las sombras de su propio pasado. ¿Podría el joven ladrón resistir la atracción magnética que lo empujaba hacia su misterioso mentor, o sucumbiría a la peligrosa danza de seducción y traición que los envolvía cada vez más? En Unidos hasta en el Crimen, donde los límites entre el bien y el mal se desvanecían, Manthony descubriría que robar el corazón de Diego Sánchez sería su robo más arriesgado, pero también el más tentador y peligroso de todos.