Sinopsis
Bajo la luz pálida de la luna, Toxina se encontraba de pie frente al Rey de las Tinieblas, con el veneno de Imae brillando peligrosamente en sus manos. El silencio tenso llenaba la estancia, mientras sus miradas chocaban en un duelo de voluntades. El Rey, con su voz gélida como el hielo, rompió el silencio con palabras cargadas de desdén y desafío.
"¿Crees que puedes vencerme, mestizo sin nombre? Tu sangre impura no tiene cabida en mi reino", espetó el Rey con un desdén cruel.
Pero en los ojos de Toxina ardió una llama de determinación, alimentada por años de dolor y deseo de justicia. Con un gesto fluido, esparció el veneno en el suelo, creando un círculo de sombras a su alrededor. "Mi nombre puede carecer de nobleza, pero mi corazón late con la fuerza de mil guerreros. Yo soy Toxina, el hijo de la tragedia y la venganza, y no descansaré hasta ver caer tu oscuro reinado", declaró con una intensidad que heló el aire.
El Rey sonrió condescendientemente, pero en lo más profundo de sus ojos, un destello de reconocimiento brilló por un breve instante. ¿Podría haber algo más detrás de su fachada de crueldad? La noche estaba lejos de revelar todos sus secretos, y el destino de Baedalguk pendía de un hilo envenenado entre dos almas destinadas a enfrentarse en una danza mortal de pasión y redención.
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