Soy el esposo de un perro

Bajo la luz plateada de la luna llena, Juan se encontraba de rodillas en su sala de estar, observando con inquietud a la bestia que yacía frente a él. El hombre lobo que amaba, su esposo de cuatro patas, estaba atrapado en su forma animal, incapaz de volver a su aspecto humano. Juan sabía que algo grave estaba ocurriendo, algo más oscuro que las sombras que danzaban en las paredes de la habitación. Mientras acariciaba con ternura el pelaje gris del lobo herido, un rastro de sangre llama su atención. Sus ojos se posan en la pata del animal, notando una extraña herida que parecía haber sido causada por algo más que una simple pelea callejera. Un escalofrío recorre su espalda al conectar los puntos: los ataques en la ciudad, las víctimas desgarradas, la misteriosa transformación de su amado. En medio de la confusión y el peligro inminente, Juan sabía que debía tomar una decisión. Arriesgarlo todo por el amor que sentía o enfrentar la cruda realidad y entregar al hombre lobo a las autoridades. El dilema lo consumía, la ansiedad lo dominaba, pero en lo más profundo de su corazón, un sentimiento de lealtad y valentía comenzaba a emerger. El ladrido lejano de un perro rompió el silencio de la noche, llevando consigo un mensaje encriptado que desencadenaría una cadena de eventos que pondrían a prueba el vínculo entre Juan y su esposo canino. En medio de secretos oscuros y amenazas mortales, el amor entre un humano y un ser mitad bestia se enfrentaba a su mayor desafío. Era hora de desentrañar la verdad, de revelar los verdaderos instintos que yacían en lo más profundo de su ser. Era hora de descubrir quién realmente era el esposo de un perro.