Sinopsis
En un giro inesperado de los acontecimientos, mientras Jaeyoon se debatía entre ocultar sus sentimientos o dejarse llevar por la pasión que lo consumía, Euntaek decidió revelar un secreto que cambiaría por completo el rumbo de su relación. En una noche de luna llena, bajo el resplandor plateado que bañaba sus rostros, Euntaek confesó en un susurro tembloroso que, en realidad, él no era solo un talentoso chef novato en aquel rincón de Gwanggong Peacetel. Sus ojos brillaban con una intensidad desconocida mientras revelaba su identidad secreta: Euntaek era, en verdad, el príncipe heredero de Miryang, una tierra lejana y enigmática donde el amor entre dos hombres estaba prohibido.
Jaeyoon se quedó petrificado, sin poder creer lo que escuchaba. Entre susurros y miradas cargadas de significado, Euntaek le confesó su deseo de mudarse definitivamente a su lado, dejando atrás su vida pasada para entregarse por completo a ese amor prohibido que los consumía. Ante tal revelación, Jaeyoon comprendió que ya no podía resistirse más al intenso atractivo de Euntaek, ni al llamado de sus propios deseos más profundos.
En medio de la tensión palpable que los envolvía, con el corazón latiendo desbocado en sus pechos, ambos jóvenes se enfrentaban a un dilema que trascendía las fronteras del tiempo y el espacio. ¿Podría Jaeyoon aceptar el desafío de amar a un príncipe desterrado de su tierra natal? ¿O sucumbiría a las convenciones sociales que amenazaban con separarlos para siempre? El juego de seducción entre el carnívoro y el herbívoro alcanzaba un nuevo nivel de intensidad, desatando emociones incontrolables y revelaciones sorprendentes que los llevarían por un camino sin retorno hacia un destino incierto, pero lleno de promesas de amor y redención. ¿Estaba Jaeyoon listo para abrir las puertas de su corazón a un amor que desafiaba al mundo entero? ¿Podría Euntaek encontrar en sus brazos la paz y la libertad que tanto ansiaba? Solo el tiempo, cómplice silencioso de sus secretos más íntimos, tendría la respuesta a esas preguntas que resonaban en la noche estrellada de Gwanggong Peacetel.
Show more