Bajo el brillo de las luces de neón, Gyeoul se encontraba abrumado por la presión abrumadora que pesaba sobre sus hombros. Sus ojos cansados reflejaban la decepción y la inseguridad que lo consumían desde que su grupo
había quedado en segundo lugar detrás de . Mientras luchaba por contener las lágrimas, una sombra se acercó a él en silencio.
Era Gyewoo, un chico de apariencia misteriosa pero con una mirada cálida y comprensiva. Sin decir una palabra, envolvió a Gyeoul en un abrazo reconfortante, rompiendo el silencio tenso que llenaba la habitación. En ese momento, el mundo se desvaneció a su alrededor, dejando solo a los dos chicos en una burbuja de intimidad.
"Lo siento", susurró Gyewoo, rompiendo finalmente el silencio. "Pero quiero felicitarte."
Las palabras resonaron en el aire, cargadas de significado y emoción. Gyeoul levantó la mirada hacia Gyewoo, encontrando un destello de esperanza y complicidad en sus ojos oscuros. En medio de la competencia feroz y las expectativas abrumadoras, una conexión inesperada comenzó a florecer entre dos almas heridas, prometiendo un nuevo comienzo lleno de misterio y promesa en la órbita estelar que los envolvía.