Machigitsune to Hito no Ko

En la oscura noche de la Academia Saint Jude, Ryota se encontraba de pie frente a la ventana, con el diario de Ren entre sus manos temblorosas. Las palabras escritas con tinta revelaban los pensamientos más profundos y los secretos mejor guardados de su compañero de clase. Ryota sabía que lo que estaba a punto de descubrir cambiaría todo. Las lágrimas comenzaron a empañar sus ojos cuando leyó las confesiones de Ren, confesiones de amor que nunca se atrevió a expresar en voz alta. De repente, todo cobró sentido: las miradas furtivas, los gestos gentiles, las sonrisas cómplices. Ryota se dio cuenta de que, detrás de la máscara de serenidad de Ren, latía un corazón lleno de pasión y deseo. La habitación quedó sumida en un silencio tenso cuando Ryota levantó la vista y se encontró con los ojos de Ren, que lo observaban con una mezcla de sorpresa y anhelo. En ese momento, las barreras que habían mantenido sus sentimientos ocultos se desmoronaron, dando paso a una ola de emociones abrumadoras. Entre susurros entrecortados y manos temblorosas, Ryota y Ren se acercaron lentamente, dejando de lado las dudas y los miedos que los habían atormentado durante tanto tiempo. En medio de la oscuridad de la noche, sus corazones finalmente se encontraron, sellando un amor prohibido pero sincero que desafiaría todos los obstáculos en su camino. Sin embargo, cuando todo parecía haber encontrado su lugar, un giro inesperado del destino amenazaba con separarlos para siempre, poniendo a prueba la fuerza de su amor y la profundidad de su conexión. Ryota y Ren se enfrentaban a una encrucijada, donde debían decidir si luchar por su felicidad juntos o dejarse consumir por las sombras del pasado. En medio de la incertidumbre y la angustia, una verdad impactante saldría a la luz, revelando quién era el verdadero engañador en esta historia de amor complicada y apasionada. ¿Podrían Ryota y Ren encontrar la fuerza para superar las pruebas que se interponían en su camino, o su destino estaba sellado desde el principio? Solo el tiempo y sus corazones heridos tendrían la respuesta.