Hola días verdes

Bajo la sombra de un árbol centenario, Mikage y Nanahoshi compartían un momento de complicidad, rodeados por el susurro del viento primaveral. De repente, Nanahoshi se puso de pie, sacando un sobre blanco de su bolsillo y extendiéndoselo a Mikage con expresión seria. "Mikage, hay algo que necesito que sepas", dijo Nanahoshi con voz entrecortada. Intrigado, Mikage abrió el sobre y sacó un puñado de fotografías antiguas. En ellas, descubrió la historia de un amor pasional y prohibido entre dos jóvenes desconocidos. Confundido, Mikage levantó la mirada para encontrarse con los ojos brillantes de Nanahoshi. "¿Qué significa esto?", preguntó, intentando descifrar el enigma. En ese momento, Nanahoshi se arrodilló, tomando la mano de Mikage con determinación, sus ojos llenos de emoción contenida. "Mikage, he descubierto la verdad sobre nuestro pasado. Somos las reencarnaciones de aquellos amantes del pasado. Nuestro amor trasciende el tiempo y el espacio. ¿Estás dispuesto a recordar juntos nuestra historia y a enfrentar nuestro destino?", confesó Nanahoshi con voz temblorosa. La revelación dejó a Mikage sin aliento, su corazón latiendo desbocado en su pecho. La idea de un amor que había perdurado a lo largo de los siglos lo llenó de una mezcla de miedo y emoción. Con lágrimas en los ojos, Mikage tomó la mano de Nanahoshi y susurró con determinación: "Acepto recordar nuestro pasado y enfrentar nuestro futuro juntos". En ese instante, el mundo pareció detenerse a su alrededor, envolviéndolos en un aura mística llena de promesas y secretos. Mikage y Nanahoshi sabían que su amor estaba destinado a trascender todas las barreras, uniendo sus almas en un ciclo eterno de pasión y fidelidad.