El amante dominante de la estrella

Bajo el manto nocturno de la ciudad, Gael y Mateo se encontraron en un callejón oscuro, el silencio roto solo por el pulsar de sus corazones acelerados. Los ojos de Mateo brillaban con una determinación feroz mientras Gael luchaba por contener la marea de emociones que amenazaba con arrastrarlo. "¡Ya es suficiente, Gael!", gritó Mateo con una voz llena de furia contenida. "Ha llegado el momento de saldar cuentas por todo el dolor que me has causado". Gael retrocedió, sintiendo cómo el peso de sus secretos se cernía sobre él con una fuerza aplastante. Durante años había tratado de proteger a Mateo, alejándolo de la verdad que lo consumía por dentro. Pero ahora, ante la mirada desafiante de aquel que una vez fue su protegido, supo que no podía escapar más. "Lo siento, Mateo", susurró Gael con la voz quebrada por el remordimiento. "Pero hay cosas que no puedes entender, razones que me obligaron a actuar de la forma en que lo hice". La risa amarga de Mateo hizo eco en el callejón, lleno de desprecio y dolor. "¿Razones? ¡No hay justificación para lo que has hecho! Has jugado conmigo, manipulándome como un títere en tus manos. Pero ahora... ahora es mi turno de tomar el control". Con un paso decidido, Mateo se acercó a Gael, su mirada desafiante chocando con la del otro hombre. En medio de la oscuridad, se desplegaba un enfrentamiento donde la verdad y la redención pendían en la balanza, mientras el amor y el odio se entrelazaban en una danza peligrosa. ¿Podrían superar el abismo que los separaba o sucumbirían ante la tormenta de emociones que los envolvía?