Sinopsis
Bajo el cálido sol de primavera, Young-hyeon y Dae-han se encontraron frente a frente en el parque del campus. La brisa jugueteaba con sus cabellos mientras sus miradas se entrelazaban en un silencio cargado de emociones reprimidas. Dae-han rompió finalmente el hielo, sus ojos oscuros brillando con determinación.
"¿Recuerdas el café donde nos conocimos?" preguntó Dae-han, con una sonrisa pícara en los labios. Young-hyeon asintió, sin saber qué esperar. "Tenía una razón para llevarte allí aquel día", continuó Dae-han, sacando un paquete de caramelos de ciruela de su bolsillo.
Young-hyeon parpadeó sorprendido al ver el regalo, sus mejillas tiñéndose de un suave rubor. "¿Qué significa esto?", preguntó, con la voz apenas un susurro. Dae-han se acercó, sus dedos rozando de forma delicada la mejilla de Young-hyeon.
"Significa que, a pesar de todo, quiero que estemos juntos. Quiero ser tu dulce caramelo de ciruela en medio de la agitada vida escolar", confesó Dae-han con sinceridad, sus ojos reflejando una vulnerabilidad desconocida hasta entonces.
En ese instante, el mundo pareció detenerse a su alrededor, creando un espacio íntimo donde solo existían ellos dos y la promesa de un amor que desafiaba todas las probabilidades. Young-hyeon tomó el caramelo entre sus dedos temblorosos, sintiendo el peso de la decisión que estaba a punto de tomar.
Con el corazón latiendo al unísono, ambos jóvenes se miraron profundamente, sabiendo que su historia apenas comenzaba y que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. El amor floreció entre ellos como un dulce caramelo de ciruela, dulce y único, en medio de un mundo donde la única verdad era su mutua devoción.
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